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Ecomapu, el futuro del turismo en Valparaíso: «Ya nada será normal»

 

 

El turismo en Valparaíso se ha visto seriamente afectado por la pandemia, golpeando a emprendedores de los más diversos rubros que esperan a los turistas durante todo el año. ¿Cuál es la situación actual?, ¿cómo se viene el futuro?.

Desde el año 2013 que Ecomapu (Eco: raíz griega de Hogar; Mapu: del mapudungún Tierra; Ecomapu: El Hogar de la Tierra) viene trabajando en Valparaíso fomentando el turismo, pero no solo en los lugares típicos que todo el mundo conoce, sino que desarrollando rutas sustentables y barriales por lugares como Playa Ancha, Barrio Puerto y cerro Cordillera.

De hecho, el 2015 implementaron junto a vecinos del cerro Santo Domingo la primera ruta de Turismo Comunitaria Urbana de Chile, orientando la visita de turistas a una experiencia cultural con la comunidad local.

«Nuestro enfoque y filosofía es crear experiencias memorables para viajeros en armonía y respeto con sus comunidades y ecosistemas», señala Felipe Muñoz. Conversamos con él sobre turismo en Valparaíso y más. 

 

¿Cómo pilló a Ecomapu esta crisis mundial?

Hasta mediados de marzo atendimos nuestros últimos pasajeros internacionales. En tan solo días fueron desapareciendo todas las reservas programada para abril, luego mayo y finalmente se paralizó todo hasta nuevo aviso. Pese a que la temporada ya venía debilitada, pudimos mantener pasajeros durante el verano. En paralelo ya escuchábamos en enero noticias sobre el avance del entonces “nuevo virus” en China y Europa, que si bien era una factor de preocupación, no imaginamos que el turismo local y mundial llegara a paralizarse totalmente.

Dentro de lo posible, ¿qué han hecho para reinventarse y/o seguir con sus actividades?

Reorganizar y reinventar ha sido el único trabajo posible, junto con diversas capacitaciones relacionadas al turismo post pandemia. Lo bueno es que llevamos harto camino adelantando en cuanto a la sustentabilidad, lo que hoy pasó a convertirse en un pilar fundamental del turismo, lo que nos ha permitido avanzar en otras materias como la re-orientación de  os tours a la creación de experiencias asociadas a un viaje a Valparaíso, tanto para viajeros chilenos como extranjeros.

Hace poco más de un mes lanzamos nuestras “Experiencias Online Ecomapu” donde a través de Zoom y streaming interectuamos con personas preparando recetas porteñas como pebre de cochayuyo (con una vecina del cerro Santo Domingo) o calugas de pescado (con pescador de la Caleta Portales). Hace una semana experimentamos junto a un amigo un sobrevuelo en dron por Valparaíso, en un espacio complementado con una receta de cocina que fue charquicán, experiencia online la probamos con un agencia francesa y que les encantó el ejercicio.

Para el futuro próximo, cuando por fin podamos recomenzar, ya hemos implementado protocolo Covid-19 para la atención de nuestros grupos, bajando de 15 a 8 personas los grupos por guía, además del uso de tecnología inalámbrica para transmitir el relato evitando que los turistas se aglomeren junto al guía, dentro otras adaptaciones en pos de la seguridad sanitaria de los pasajeros. Además se vienen nuevas rutas con especial énfasis en la naturaleza y actividades alejadas del bullicio y aglomeraciones.

Ustedes están muy ligados al barrio puerto, ¿cómo han visto al barrio en pandemia? ¿qué cosas han cambiado?

Nuestro trabajo en Barrio Puerto, además de nuestras rutas, es a través de la Asociación Gremial Barrio Puerto, de la cual somos socios. Lamentablemente Barrio Puerto ha estado muy afectado, ya que además de la crisis social de octubre, el barrio fue afectado por las movilizaciones portuarias del 2018 que obligaron a cerrar por casi un mes a los locatarios. Ya a fines de marzo de este año varios locatarios de restaurantes y centros de entrenamiento deportivo se vieron en la obligación de cerrar dada las instrucciones sanitarias, con baja posibilidad de implementar delivery dado que en su mayoría son picás tradicionales. La situación actual es crítica, la mayoría no ha recibido o ha sido rechazado su crédito Fogape, que de no tener solución a la brevedad, veremos con mucha tristeza el cierre de locales clásicos del Barrio Puerto.

La única buena noticia es que como AG nos adjudicamos un proyecto de fortalecimiento gremial de Sercotec, comenzando esta semana su implementación que implica, entre otras actividades, capacitaciones en delivery para restaurantes, digitalización de las cartas de menú, asesoría en eficiencia energética y la implementación del protocolo COVID-19 para nuestros asociados que integrará tecnologías de sanitización y la preparación de los locales para la recepción de público.

Por ahora Barrio Puerto sigue funcionando a media marcha, principalmente con sus emporios y almacenes de abarrotes como El Sureño, El Papajo, Bodega del Puerto y Emporio Echaurren, el Café 504 y por supuesto el Mercado Puerto que ha sido un excelente punto para la compra de frutas y verduras de vecinos y vecinas del sector. 

Sabemos el estado en que se encuentra el barrio puerto y su patrimonio, pero ¿qué hacer para que vuelva a ser un corazón reluciente del patrimonio de la humanidad?

Un factor fundamental es reconocer su patrimonio vivo, que son sus comerciantes y vecinos de los cerros que lo rodean. Barrio Puerto es probablemente el último reducto patrimonial donde realmente vive el Valparaíso de antaño, que a punta de recuerdos logra mantener viva la llama de un barrio histórico que es además Patrimonio de la Humanidad. Este esfuerzo no puede ser único de sus residentes, el Estado, tanto Gobierno como Municipio, tienen el deber y prioridad de cuidar y levantar este pedacito de Chile reconocido mundialmente. No puede quedar tampoco afuera un gran privado como es el Puerto de la ciudad. Paradójicamente el barrio pasó de ser su principal centro de operaciones a su patio trasero, sin siquiera una atención y trabajo con su propia comunidad que la rodea.

Pese a todo hay proyectos en marcha que darán vida a Barrio Puerto como el de pintura de fachadas a cargo de la ONG Valparaíso en Colores, sin embargo, los esfuerzos serán insuficientes si no hay compromiso real de un plan estratégico de reactivación de largo plazo que incluya no tan sólo la reactivación económica del barrio, sino que su habitabilidad, levantando viviendas accesibles a familias porteñas, valorar su tejido cultural, especialmente musical, que hasta marzo sobrevivía en lugares como el Liberty y los diversos restaurantes del sector que recibían a músicos cultores del bolero y la cueca porteña.

Por último, no puede quedar fuera de este esfuerzo el propio habitante de Valparaíso, quien debe reconocer y valorar este lado de la ciudad como su patrimonio, aportando con ideas para sacar los ya sabidos puntos negros del sector. El orgullo de ser porteño debe comenzar por su propio y primer barrio, el Barrio Puerto.

¿Por qué Valparaíso está en el estado actual en que se encuentra?

Varios factores, muchos ya repetidos hasta el cansancio, pero básicamente es la desidia y falta de compromiso real de autoridades de todos los sectores políticos, Valparaíso, así como Chile, carece de estadistas que proyecten la ciudad no tan sólo a 4 o 5 años, sino que a 100, como lo hicieron alguna vez quienes construyeron los ascensores porteños. Valparaíso requiere urgente un Estado pro-Valparaíso más que pro puerto o una actividad económica específica, pensar la ciudad como un orgullo nacional, es triste ver como nuestro país subvalora Valparaíso, paralizando proyectos una y otra vez, cayendo en las ya repetitivas faltas a la probidad o la propia denostación de algunos chilenos sobre la ciudad. Se mira con tanta nostalgia el trabajo que hace Perú o Argentina con sus ciudades patrimoniales, cuando acá priman decisiones de mercado cortoplacista, sin sentido social ni medioambiental.  

¿Cuáles medidas ustedes creen necesarias para reactivar el turismo una vez que se pueda volver a la «normalidad»? ¿Cómo se están preparando ustedes?

Ya nada será normal en turismo, y lo que se haga de forma normal quedará fuera de norma, ya que el nuevo turismo no podrá ser masivo, además irrumpe lo que hace años muchos veníamos practicando, un turismo sustentable que esté en armonía con sus propias comunidades y ecosistemas. El nuevo viajero buscará experiencias auténticas, poco masivas y más conectadas con las comunidades o la naturaleza. Esto debe estar acompañado de una acomodación de la oferta turística, tanto por razones sanitarias como de adaptación, al nuevo perfil del viajero, pero sin duda es también rol del Estado el poder generar condiciones económicas favorables para que este turismo de menos personas, sea también rentable para quienes los desarrollan, por ejemplo, ¿cómo un restaurante va a cubrir su negocio al tener que reducir a la mitad su capacidad si patentes, arriendos, sueldos y otros gastos se mantienen igual? 

Como Ecomapu nos estamos preparando, además de nuestras Experiencias Online ya disponibles para “ciber-turistas”, estamos implementando diversos protocolos para prevención del COVID-19, pero sobretodo el enfocar la visita del turista en la experiencia de conocer Valparaíso desde su alma, que es su gente, y desde su hogar que son los cerros, el mar y cada uno de los espacios naturales que la ciudad nos brinda. Tenemos la esperanza viva para decirle a nuestros futuros viajeros NOS VEMOS PRONTO.

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Nota de Prensa: El Matutino

 
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